¿Cuánto dura el proceso terapéutico?

El proceso se inicia cuando te preguntas: “¿qué está pasando en mi vida?” y realmente, estás dispuesto a averiguarlo. Esta pregunta surge cuando has llegado al límite actual de tu conciencia, sientes que no es suficiente y necesitas ir más allá. Entonces, reconoces la necesidad de tener más conciencia, para poder mirar más en profundidad lo que está sucediendo.

Esa determinación marca el comienzo de una nueva forma de afrontar la vida: con más conciencia. Supone el inicio de un proceso que ya no terminará hasta el último día de tu existencia, pues el ser humano está en permanente construcción.

Una parte de ese nuevo recorrido puedes hacerlo mediante un proceso terapéutico, acompañado por el terapeuta. Con él descubres nuevas formas de mirar hacia ti mismo y de ser más consciente de tus necesidades y de tu proceso autorregulador.

A medida que tu nivel de conciencia va siendo mayor, puedes ir profundizando más en tus conflictos personales y aproximarte a otras situaciones más difíciles de tu vida que están aún sin resolver. Según vas avanzando y comprendiendo, vas llegando a nuevos límites y a nuevas necesidades de tener más conciencia.

Al mismo tiempo, vas desarrollando tus propias capacidades. Cuanto más profundizas, más conciencia vas adquiriendo, más sufrimiento vas sanando y más energía vas teniendo disponible para profundizar un poco más. Cuando consigues un nivel razonable de bienestar y consideras que has aprendido de ti mismo lo suficiente como para poder continuar esta secuencia de ampliación de la conciencia por ti mismo en las circunstancias actuales de tu vida, el proceso terapéutico puede terminar.

Ahora bien, la mente cambia muy lentamente. Muchos años de inercia no se van a resolver en unos cuantos meses. Las soluciones mágicas no existen. Conviene ser realista. Un proceso terapéutico profundo y fructífero es un trabajo a largo plazo, y se mide en años.

En cada momento del proceso, sólo puedes acceder a aquello de lo que eres consciente. El proceso te permite ampliar esa conciencia, lo cual supone contactar con aspectos ignorados, reprimidos u olvidados de ti mismo, a veces dolorosos o difíciles de asumir. Esto sólo es posible hacerlo de forma pausada, en el momento adecuado, cuando con el apoyo necesario del terapeuta, dispones de recursos suficientes para superar tus mecanismos de defensa y acercarte a ello sin temor. Establecer contacto con ello antes de tiempo o sin contar aún con el apoyo necesario, podría reforzar tus defensas o dificultar el reconocimiento de esa característica en ti mismo y provocar que la rechaces al verla en los demás.

Por tanto, la duración del proceso dependerá del ritmo al que puedas avanzar, del nivel de sufrimiento y sobre todo, de la prioridad que asignes al proceso terapéutico en tu vida.

 

 

 

Menú anterior

Anterior      Volver    

 


www.masconciencia.com