¿Qué enfoque terapéutico es mejor?

El mejor es el que para ti sea el mejor, en función de lo que necesites en este momento de tu desarrollo vital y del compromiso que estés dispuesto a adquirir contigo mismo.

Sobre todo depende de la forma en que quieras asumir la responsabilidad de tu proceso terapéutico y por tanto, de tu vida. En los procesos para hacer, el terapeuta es el que te guía. En los procesos para ser, las terapias humanistas, tú descubres tus propios recursos internos para guíarte por ti mismo y te conviertes en lo que eres, acompañado por el terapeuta. Sin embargo, la terapia tiene más que ver con ser, que con hacer. Cualquier persona le puede decir a otra lo que tiene que hacer, pero nadie le puede decir a otra persona cómo tiene que ser; sólo uno mismo puede descubrir lo que es.

Una terapia superficial se limita a proporcionar pautas para que la persona se adapte a las dificultades, sin tener en cuenta que muchas de ellas en realidad surgen porque vive desde lo que no es. En lugar de restablecer la conexión de la persona con sí misma, intentan que se adapte a su entorno mientras continúa viviendo alejado de sí mismo.

Las psicoterapias humanistas no te ofrecen técnicas o métodos para que puedas sortear o manipular mejor los inconvenientes de tu vida, sino más conciencia, para cuestionarte la mirada que estás poniendo sobre la realidad de ti mismo y de los demás, y para descubrir los obstáculos internos que te impiden afrontar los problemas. Consiste más en desprenderte de lo que no eres, en dejar de obstaculizarte a ti mismo, que en adquirir nuevos métodos para ser más eficiente viviendo desde lo que no eres.