Separación y divorcio

Cuando las cosas no van bien en la pareja, y cada vez que intentan hablar de lo que sucede se produce una brecha aún mayor entre los dos, la convivencia se convierte en una prisión en la que ambos se sienten atrapados.

En muchas ocasiones, cada uno de los miembros de la pareja culpa al otro de lo que sucede. Se produce un clima de distanciamiento creciente que puede dar lugar a emociones insatisfactorias intensas, que dificultan comprender qué es lo que está ocurriendo realmente.

Con el tiempo, el alejamiento va dando paso a un juego siniestro de evasión, desconfianza, celos, infidelidades, resentimiento… Ninguno de los dos sabe cómo hacer frente a la situación. Entonces, para resolver el creciente malestar entre ambos, se plantean la separación o el divorcio.

Cuando hay hijos, ellos también se ven afectados por el clima familiar, a veces de una forma muy perturbadora. Las familias no se desestructuran porque la pareja se divorcia, sino que las parejas se divorcian porque la familia está desestructurada, porque no han sido capaces de consolidar una estructura familiar sólida y saludable. La permanencia de los hijos durante años en este clima desestructurado puede llegar a ser mucho más desestabilizador para ellos que el propio divorcio.

El divorcio pone fin a una convivencia poco gratificante. Resuelve lo exterior, pero no resuelve el conflicto interior de cada miembro de la pareja. Será una solución incompleta si ambos no ponen más conciencia en lo que ha estado sucediendo entre los dos. El conflicto no resuelto, que se ha experimentado sin conciencia, tenderá a repetirse, exactamente igual, en el caso de que inicien una nueva relación.

Para que esto no suceda, es necesario que cada uno comprenda en qué forma se ha estado relacionando con el otro, y cómo eso ha afectado al funcionamiento de la pareja. La Terapia Sistémica Constructivista contempla de forma global a la pareja, más allá de los miembros que la forman. De este modo, es posible comprender en qué forma las actitudes de cada uno han ido rompiendo el vínculo que les unió; si la pareja ha podido ser vista por cada uno de ellos como algo separado e independiente de la familia de origen; qué rol ha asumido cada uno con el otro; cómo ha afectado a la pareja las relaciones con los hijos; en qué forma han compartido las responsabilidades familiares y un largo etcétera.

 

 

 

Menú anterior

Anterior      Volver    Siguiente

 


www.masconciencia.com