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Tenemos una visión estereotipada de la vida. Estamos tan acostumbrados a ver las cosas de una determinada manera, que aunque estemos inmersos en el sufrimiento, tendemos a considerar que lo que sucede en nuestra vida es normal y por tanto, a no cuestionarnos nada de lo que nos rodea. De este modo, pasamos por alto muchos aspectos de nuestra realidad inmediata que están directamente relacionados con el origen de nuestro sufrimiento. Necesitamos cambiar la mirada para saber dónde estamos y, en la mayoría de las ocasiones, para comprender de dónde venimos. En muchas ocasiones, el amor mal entendido, o la forma de afrontar las dificultades dan lugar a una determinada dinámica familiar que afecta a todos sus miembros. Cuanto más nos queramos alejar de las actitudes de nuestros padres que nos producen rechazo, más acabaremos pareciéndonos a ellos. El entorno laboral no es más que un escenario en el que se activan nuestros conflictos personales o de relación con los demás. La pareja proporciona muchos momentos de felicidad, sin embargo, también suele ser una de las mayores fuentes de insatisfacción y conflicto en nuestra vida. Si los padres no han resuelto sus propios conflictos con su familia de origen, estarán transmitiéndoselos a sus hijos mediante su actitud. El divorcio pone fin a una convivencia poco gratificante. Resuelve lo exterior, pero no resuelve el conflicto interior de cada miembro de la pareja. El comportamiento del niño suele ser el resultado de lo que los demás están haciendo con él. En la adolescencia, tanto la familia como el adolescente se ven obligados a adaptarse a una nueva forma de relacionarse entre sí. Nuestro proceso de crecimiento, no siempre ha sido fácil. A veces, hemos tenido que atravesar por circunstancias difíciles que hemos resuelto de la mejor forma posible. La enfermedad no es sólo una alteración física, sino que también está relacionada con la forma en que afrontamos nuestros acontecimientos vitales. Ningún proceso de crecimiento personal es completo si en algún momento no aborda nuestra forma de relacionarnos con la muerte.
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