Cómo se adquiere más conciencia

La ampliación de la conciencia supone una discontinuidad. Una nueva mirada no puede apoyarse en la anterior. Entre ellas hay una distancia que las separa, un vacío que hay que atravesar: lo anterior resulta insuficiente, y aún no hay nada nuevo que lo sustituya. Aquí es donde las psicoterapias humanistas se diferencian de las demás, ya que este vacío lo recorres acompañado por alguien que conoce ese recorrido por medio de su propio trabajo personal.

La nueva conciencia no va a llegar como consecuencia de algo razonado, lógico o coherente. Permanecer en contacto con ese vacío fértil, apoyado por el terapeuta, es lo que permite que surja la nueva conciencia. Se caracteriza por ser algo repentino, inesperado, sorprendente y profundamente transformador. No es algo sentido ni pensado. La nueva conciencia es el resultado de una nueva reestructuración organísmica al establecer por primera vez contacto con tus verdaderas necesidades, antes desconocidas para ti. Es una visión distinta y profunda de cómo son las cosas. Es un contacto más auténtico e irreversible con la realidad.

Cada nueva ampliación de la conciencia incrementa tu confianza en el proceso, en el terapeuta y sobre todo, en ti mismo. El bienestar que te aporta sirve de impulso para establecer contacto con nuevos vacíos fértiles y para el descubrimiento de nuevas formas de vivir lo que sucede en tu vida con más conciencia.

 

 

 

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